LADO OSCURO DEL TEQUENDAMA (¡AAAAYYYYYY NOOO ESPEREN, PAREN, PAREN NO ME DEJEN… QUE SUSTO!)
octubre 23, 2010 Deja un comentario
Por:
Viviana Jiménez
Su voz se escuchaba agitada, casi estaba llorando del miedo, su cuerpo temblaba, se lograba ver en sus ojos angustia, se encontraba fría. El sitio estaba oscuro no veíamos ni los escalones y de repente un golpe duro nos estremeció.
Siendo las 9:45 de la mañana partimos emocionados los estudiantes de Géneros Periodísticos hacia el conocido y muy nombrado Salto de Tequendama en una expedición donde lo que buscábamos era una historia o mejor dicho “la historia” para nuestra crónica.
El ambiente en el bus era de alegría se escuchaban risas, cantos, bromas, chistes y en general se podía sentir una muy buena energía, hacia calor y nos refrescábamos tomando aguardiente. Siendo las 11:00 de la mañana llegamos al tan anhelado sitio; buscaban sus cámaras y grabadoras y empezaba la sesión de fotos. Yo solo observaba y me decía para mi misma: “ya eh visitado este sitio muchas veces, que aburrido pegarme el viaje para ver como cae un chorro de agua ya casi inexistente, sucia, negra, mal oliente y con vacas desnutridas alrededor, rodeado por pasto amarillo, largo y con excremento por todas partes hoy sábado día del amor y la amistad”.
No podemos negar que el Salto de Tequendama es conocido por las abundantes muertes que allí han ocurrido; unas con explicaciones y otras sin ninguna. Entonces me cuestioné como podía ser posible que las personas se subieran a lo alto del salto y se botaran desde aquel sitio siendo este sumamente antihigiénico es esta una forma digna de morir. Además morir de un golpe y luego ser devorado por chulos. Acaso esas personas ¿nunca llegaron a sentir amor propio?
El profesor decidió hacer una expedición más profunda, así que sugirió descender a la parte donde empieza el salto, no me atreví hacerlo porque el sitio olía muy feo así que decidí quedarme en la parte de arriba observando el mal oliente, sucio, negro y escaso Salto de Tequendama y alrededores; en ese momento recordaba las palabras de mi mamá que decía: “Vivi llévate un tapabocas que ese sitio huele feísimo y te vas a enfermar” o mejor aún las de mis compañeros de clase de legislación de prensa diciéndome minutos antes de abordar el bus: “ Vivi quédate y le hacemos el amor a la amistad entre risas que ese sitio huele maluco”.
Lo único que me motivaba estaba hay, frente a mis ojos, color rosa un poco cuarteado, con varias ventanas y unos cuantos balcones, aunque en ruinas y un poco viejo para mi era perfecto y más que perfecto bello.
Luego de hacer unas cuantas negociaciones con el señor José Ignacio Valera (Que una gaseosita, que una foto, que $3000 después que no, que $4000) logramos un grupo de 11 compañeros ingresar al misterioso y un poco escalofriante hotel, todos muy emocionados y al mismo tiempo con un poco de miedo porque ya habíamos escuchado historias acerca de lo que ocurría en ese hotel; que en su época es decir en el año de 1928 fue muy lujoso y no cualquier persona podía ingresar en ese sitio ya que solo lo podían hacer personas que tuvieran mucho dinero. Empezamos a tomar fotos desde la entrada, todos a la expectativa de un fantasma.
Al ingresar se podía sentir el olor a humedad, a guardado a viejo y hasta se podía sentir el miedo que algunos teníamos. Laura tomo una primer foto en las escaleras de la entrada y para sorpresa de todos en esa foto se reflejo algo que no era normal en una foto, empezando porque las escaleras estaban solas y ella tomo la foto y salió un espectro blanco en la foto, nos mostro la foto y definitivamente eso hizo que sintiéramos más miedo.
El señor José Ignacio Valera nos llevo a los dos sótanos, las escaleras estaban oscuras y luego de ver la foto de Laura el miedo era total en esas escaleras, en el primer sótano el vigilante nos empezó a contar historias acerca de los fantasmas que habitan en esa “hermosa” casa. Nos hablo del hombre sin cabeza con sus dos perros, de la señora que habita el segundo piso donde suele escuchar música clásica a tardes horas de la noche y de la pareja de habita el segundo sótano.
Según él cuando alguna de las personas no le simpatiza a estos huéspedes, suelen hacerse notar hablándole a la persona al oído, jalándole la ropa o el cabello y en el peor de los casos pueda que en ese momento las personas no se den cuenta, pero si le llega a caer mal a alguno de estos “simpáticos” huéspedes lo mas probable es que lo golpeen sin que se den cuenta y al día siguiente la persona pueda sentir dolor o malestar en todo el cuerpo a parte de moretones.
Saliendo ya de los sótanos empezamos a subir las escaleras del lujoso hotel, estaba muy oscuro y de pronto escuchamos un estruendo muy duro que nos puso a gritar a los últimos que íbamos en la fila.
El susto fue tan grande que temblábamos del miedo…